miércoles, 25 de febrero de 2009

Medusas como cobras



Unos pescadores llevaron ayer dos ejemplares de 'carabelas portuguesas' al Aula del Mar. Estos invertebrados marinos, que han venido traídos por el viento desde el Atlántico, segregan un veneno similar al que inoculan ciertas serpientes.

Son dos medusas propias del océano Atlántico conocidas como 'carabelas portuguesas', cuyo veneno clasificado como peligroso, es similar al que inoculan las serpientes cobras a sus víctimas. Son de un fascinante color púrpura, que llama la atención a los que la observan, eso sí, a salvo fuera del cristal del acuario.

El problema está en sus tentáculos urticantes, que pueden tener varios metros de largo, que inyectan unas sustancias tóxicas para capturar a sus presas. Dependiendo de su tamaño, de la zona donde se produzca la picadura, y si la persona es alérgica o no (algo que muchos no saben hasta que no reciben la descarga), se puede producir una importante quemazón en la piel, que necesitará de tratamiento, acompañada de una gran hinchazón, en el mejor de los casos, y también se pueden producir shocks alérgicos e incluso un paro cardiaco, en casos extremos.

Su cuerpo apenas llega a los 30 centímetros de longitud -pueden confundirse con una bolsa de plástico, lo que las hace aún más peligrosas- pero las encontradas en Málaga no superan los 20. El verano pasado aparecieron por las playas del País Vasco, Galicia y Cantabria, y provocaron varios sustos a los bañistas, ya que algunos de ellos tuvieron que ser atendidos en centros hospitalarios. Estos últimos días también han detectado más de un centenar varado en las playas de Cádiz, y surfistas de Málaga han informado a este periódico que las han avistado, pero muertas, en las playas de Torremolinos y Benalmádena.

Estos invertebrados marinos se caracterizan porque tienen una especie de vela en su umbrela (parte superior), que hinchan con un gas que producen, y a partir de ahí se dejan arrastrar por los vientos -esta es la manera que tienen para recorrer grandes distancias-. Los dos ejemplares encontrados ayer en Málaga han llegado desde Cádiz pasando por toda la costa occidental hasta llegar al Puerto, donde al parecer se han podido ver frenados por el dique de Levante, según explica el biólogo del Aula del Mar Juan Jesús Martín.

Esta carabela portuguesa, cuyo nombre científico es 'Physalia physalia' es una clase de hidrozoo. Cuando siente algún ser vivo cerca de ella, sus tentáculos se ponen en acción, disparando un filamento urticante que se clava en la piel segregando así el veneno. Se alimentan de larvas, huevos y otros pequeños organismos, y atacan si notan la presencia de un ser vivo.

Vía | Diario Sur

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