La cocaína y diferentes opiáceos como la heroína o la morfina fueron tenidos durante muchos años como remedios milagrosos y fabricantes de todo el mundo proclamaban orgullosamente que sus productos contenían dichas sustancias como sinónimo de calidad y efectividad.
Como es lógico en la actualidad, conocedores como somos de sus efectos en el organismo, solo se utilizan (legalmente) en tratamientos paliativos pero durante el siglo XIX incluso los niños tenían acceso a las drogas.
Quién sabe cuanta gente, intentando curarse de alguna afección, la mayoría con poca importancia, habrá acabado siendo víctimas de adicciones o, incluso, la muerte.
Remedio para el dolor de muelas a base de cocaína muy popular entre los niños de la época (1885).
Vial de heroína de Bayer (la misma de las actuales Aspirinas). Durante algunos años la heroína se comercializó como un sustituto no adictivo de la morfina e incluso se vendió como remedio para la tos infantil.
Vía Mare Magnum
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